Antiguo recordatorio
de defunción de principios del siglo XX. En el reverso del mismo figura la
oración, llamada del santo sudario, y que explica la imagen. Señor Jesucristo,
que nos dejaste las señales de tu Pasión en la sábana santa, en la cual fue
envuelto tu cuerpo santísimo cuando por José fuiste bajado de la cruz:
concédenos, piadosísimo Señor, que por tu muerte y sepultura santa, y por los
dolores y angustias de tu Santísima Madre María, Señora nuestra, sea llevada a
descansar el alma de tu siervo (a) N… y todos los que están en el purgatorio, a
la gloria de tu resurrección, donde vives y reinas con Dios Padre en la unidad
del Espíritu Santo, por todos los siglos. Amén. Oremos: Señor, concede a tus
hijos gozar siempre de completa salud de alma y cuerpo y por la intercesión de
la gloriosa siempre Virgen María, líbranos de las tristezas de esta vida y
concédenos disfrutar de las alegrías eternas, por Cristo nuestro Señor. Amén.
Pidamos a Dios, una vez más, por el eterno descanso de nuestro hermano (a) N… y
por las necesidades de la Iglesia y el mundo entero. A cada petición
respondemos: Te rogamos Señor. ·
Por todos nuestros familiares y amigos difuntos, para que Dios limpie
completamente su alma de toda mancha de pecado y les conceda el descanso
eterno. · Por
todos los que están por dejar este mundo, para que se arrepientan de sus
pecados y entreguen su vida a Cristo, como ofrenda agradable. · Por todos los que no
conocen a Cristo, para que Dios mueva su corazón y les conceda la oportunidad
de conocerlo y entregarse a Él, sin reservas. ·
Por todos nosotros, para que estemos siempre preparados para el gran encuentro
con Cristo. · Por
los pastores de la Iglesia, para que prediquen con valentía y autenticidad la
Palabra de Dios y así vayan despertando en los feligreses el sentido verdadero
de la vida y de la muerte. ORACIÓN DE LOS FIELES Pidamos por nuestro (a)
hermano (a) N... a nuestro Señor Jesucristo, que ha dicho: Yo soy la
Resurrección y la Vida, el que cree en Mí aunque haya muerto vivirá y el que está
vivo y cree en Mí no morirá para siempre. A cada petición respondemos: Te lo
pedimos, Señor. ·
Señor, Tú que oraste en la tumba de Lázaro dígnate enjugar nuestras lágrimas. · Tú que resucitaste a los
muertos. Dígnate dar la vida eterna a nuestro (a) hermano (a) N… · Tú que perdonaste en la
cruz al buen ladrón y le prometiste el paraíso, dígnate perdonar y llevar al
cielo a nuestro (a) hermano (a) N… ·
Tú que has purificado a nuestro (a) hermano (a) N... con el agua del bautismo y
lo ungiste con el óleo de la confirmación. Dígnate admitirlo entre tus santos y
elegidos. · Tú
que alimentaste a nuestro (a) hermano (a) N... con tu Cuerpo y tu Sangre.
Dígnate también admitirlo en la Mesa de tu Reino. · Y a nosotros que lloramos su
muerte, dígnate confortarnos con la fe y la esperanza de la vida eterna.
Rezamos un Padre Nuestro, Ave María y Gloria por las intenciones y necesidades
del Santo Padre. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Devoción
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