ASOCIACIÓN Y COFRADÍA DEL ROSARIO SANTO DOMINGO EL REAL

Espacio dedicado a promover la devoción a la Virgen mediante la divulgación del rezo del Rosario, como medio de contemplar y meditar los misterios de la vida de Nuestro Señor Jesucristo y asemejarnos a Él.


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sábado, 24 de marzo de 2018

Reto

Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.                              

VUELVE A LA SALA DE ESPERA

El jueves fuimos a Burgos a ponernos la vacuna de la alergia. Hoy, en Laudes, pensando en ello, me he dado cuenta de que nos hemos acostumbrado a “escaparnos”.

La cosa es que, después de cada vacuna, hay que permanecer en la sala de espera por lo menos media hora, por si da reacción. Recuerdo las primeras veces, que esperábamos la media hora clavada; las siguientes, a los 10 minutos nos dábamos a la fuga; después bastaba que la médico se diese la vuelta para irnos sin esperar... y hoy he caído en la cuenta de que ahora, directamente...¡nos despedimos de ella! Ya no nos acordamos ni de que hay que esperar.

Sé que es una vacuna, una espera, y no transciende mucho más. Sin embargo, pensaba en el efecto que tiene en nosotros el “por esta vez no pasa nada”. Luego viene la siguiente, y tampoco; y llega un momento en que no vemos que pase nada, hasta integrarlo como normal.

Normalmente, cuando nos decimos “por esta vez no pasa nada” es que nos vamos a embarcar en algo que no es bueno para nosotros, pero que resulta atractivo por algún motivo. ¿Y después? Nos envuelve la tristeza por haber faltado a trabajar, a clase, por haber ido a ese lugar donde sabíamos que no debíamos ir, por haber perdido el tiempo en lugar de hacer lo que teníamos que hacer... y luego viene el malestar por la decisión tomada.

¿Cuántas veces escuchas “por esta vez no pasa nada”? Cada paso que damos en nuestro interior, por pequeño que sea, nos construye o nos destruye. Puede llevarnos a acostumbrarnos a hacer el bien o todo lo contrario. Nuestras decisiones marcan nuestra forma de actuar.

El gozo y la paz siempre vienen de optar por Cristo, por dejar que Él sea en ti, ¡optar por el Amor! Jesús a cada paso tenía un gesto, una mirada de Misericordia con los que se encontraba. Cuando apuestas por el Amor, por dejar que Cristo sea en ti, el corazón se ensancha.

Distraerte no es irreversible, lo importante es que, la próxima vez que se te plantee la situación... vuelvas la media hora a la sala de espera.

Hoy el reto del amor es que vuelvas al inicio de algo que tengas como “por esta vez no pasa nada”. Piensa en qué has ido cediendo con el “no pasa nada” y vuelve sobre tus pasos, mira a un Amor más fuerte que te haga salir de esa situación. Nosotras, al darnos cuenta, hemos decidido volver la media hora a la sala de espera. Cuando veas que algo se te desvía, vuelve al inicio.

VIVE DE CRISTO

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¡Feliz día!

viernes, 23 de marzo de 2018

Reto

Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.                              

LARGA DISTANCIA

El otro día iba compartiendo opiniones con sor Teresita sobre la Cuaresma: que si hay veces que se hace muy larga, que si hay años que es especial...

En esas estábamos, cuando concluyó:
-De todas formas, ¡menos mal que ya falta poco para que empiece la Pascua!

No pude evitar echarme a reír.
-¡Pero, sor Teresita! -le dije- ¡Que lo que va a empezar es la Semana Santa!

-Deja, deja -me contestó- Ya falta menos para la Pascua, ¡que tengo unas ganas de gritar aleluyas...!

Recordando la conversación, todavía sonrío. Lo cierto es que me impresionó un montón. Yo me estaba fijando en lo inminente, en lo que tenemos encima, que es la Semana Santa. Aunque es un tiempo de gracia particularmente bonito, también es especialmente duro, intenso... por eso tengo sentimientos encontrados: ganas de que empiece y, al mismo tiempo, deseos de que tarde un poco más en llegar.

En cambio, sor Teresita me invitaba a mirar más allá, ¡a la Pascua! ¿Y quién no tiene ganas de gritar (y cantar) aleluyas? Yo me estaba atascando en la Semana Santa, ¡estaba perdiendo de vista la Resurrección! ¡¡Y eso sí que tengo unas ganas locas de que llegue cuanto antes!!

Me consuelo pensando en que a los discípulos les pasaba lo mismo. Jesús les anuncia:  “El Hijo del Hombre será entregado en manos de los hombres; lo matarán, mas, al tercer día, resucitará” (Mc 9, 31). Y, de este mensaje, ¿con qué se quedan los discípulos? ¡Con que Jesús va a morir!

Mucho les costó a ellos también mirar más allá de la cruz: ni el sepulcro vacío, ni las mujeres... ¡tuvo que presentarse el mismo Cristo para que viesen que había resucitado!

Así nos puede pasar también a nosotros, respecto a esta Semana Santa, o respecto a ese hermano que tienes al lado. ¿Dejarás que el Señor transforme tu mirada para ver más allá de sus debilidades y pobrezas? Descubrirás que en esa persona, aunque veas “muerte”, ¡también hay resurrección!

Hoy el reto del amor es mirar más allá. No te quedes en las apariencias de los acontecimientos o de las personas. Pídele a Cristo que te dé Sus ojos, ¡para verle a Él detrás de todo! ¡Feliz día!

VIVE DE CRISTO

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¡Feliz día!

Reto

Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.                              

FE Y RAZÓN

El día de san José, como es solemnidad, se levanta la abstinencia y el ayuno. Así que, ese día, en el desayuno hubo cosas especiales: en el plato me encontré un trozo de bollo tipo “plum cake” y, al lado, cuatro canutillos de barquillo.

Desayuné la mitad del bollo y la mitad de los canutillos, y guardé el resto para la noche. Los dejé en un plato, poniendo debajo los canutillos (buenísimos y muy crujientes) y encima el bollo.

Cuál fue mi sorpresa al descubrir, por la noche, ¡que el bollo había ablandado los canutillos! Parecían de chicle; ¡con lo crujientes que estaban por la mañana...!

Me di cuenta de que, el orden en que los puse en el plato, fue lo que hizo que el bollo no dejara a los canutillos seguir siendo crujientes.

Mirando lo sucedido, descubrí que esto es lo que a veces hago en mi vida con la fe y la razón. La fe son los canutillos, la fe es viva, alegre, dinámica, da vida...; el bollo es la razón, lo que es más espeso, dulce, sabroso. Los dos en sí son buenos; la fe y la razón son necesarias en nuestra vida. El problema es en qué orden las ponemos en nuestra vida.

Cuando nuestra razón es la que está por encima de nuestra fe, entonces vivimos una fe razonada, que no está mal, pero que no acaba de hacerte feliz. Todo está calculado, pesado, controlado. La razón, al final, es humana, y tiene que estar siempre a nuestro servicio, no sirviéndola nosotros a ella. Esto fue lo que ocurrió en mi plato: puse el bollo encima... y los barquillos se quedaron rancios.  

En cambio, la fe de vivencias, la que vives desde el corazón, ésta te da vida, alegría, entusiasmo, confianza... es un motor que te hace hacer locuras, pero en esas locuras sientes que tu Dios te ama y que eres feliz.

Jesús actuaba siempre desde la fe, desde esa oración que tenía con el Padre. La fe y la razón son necesarias, pero nunca la razón por encima de tu fe.

Hoy el reto del amor es dejar que tu fe sea más fuerte que tu razón, que hagas una locura de fe y no tengas miedo aunque la razón te diga que estás loco. Ora un poco y escucha a Cristo que te habla dentro de ti. Y después haz lo que te pide Él.

VIVE DE CRISTO

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¡Feliz día!

jueves, 22 de marzo de 2018

Reto

Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.                              

FE Y RAZÓN

El día de san José, como es solemnidad, se levanta la abstinencia y el ayuno. Así que, ese día, en el desayuno hubo cosas especiales: en el plato me encontré un trozo de bollo tipo “plum cake” y, al lado, cuatro canutillos de barquillo.

Desayuné la mitad del bollo y la mitad de los canutillos, y guardé el resto para la noche. Los dejé en un plato, poniendo debajo los canutillos (buenísimos y muy crujientes) y encima el bollo.

Cuál fue mi sorpresa al descubrir, por la noche, ¡que el bollo había ablandado los canutillos! Parecían de chicle; ¡con lo crujientes que estaban por la mañana...!

Me di cuenta de que, el orden en que los puse en el plato, fue lo que hizo que el bollo no dejara a los canutillos seguir siendo crujientes.

Mirando lo sucedido, descubrí que esto es lo que a veces hago en mi vida con la fe y la razón. La fe son los canutillos, la fe es viva, alegre, dinámica, da vida...; el bollo es la razón, lo que es más espeso, dulce, sabroso. Los dos en sí son buenos; la fe y la razón son necesarias en nuestra vida. El problema es en qué orden las ponemos en nuestra vida.

Cuando nuestra razón es la que está por encima de nuestra fe, entonces vivimos una fe razonada, que no está mal, pero que no acaba de hacerte feliz. Todo está calculado, pesado, controlado. La razón, al final, es humana, y tiene que estar siempre a nuestro servicio, no sirviéndola nosotros a ella. Esto fue lo que ocurrió en mi plato: puse el bollo encima... y los barquillos se quedaron rancios.  

En cambio, la fe de vivencias, la que vives desde el corazón, ésta te da vida, alegría, entusiasmo, confianza... es un motor que te hace hacer locuras, pero en esas locuras sientes que tu Dios te ama y que eres feliz.

Jesús actuaba siempre desde la fe, desde esa oración que tenía con el Padre. La fe y la razón son necesarias, pero nunca la razón por encima de tu fe.

Hoy el reto del amor es dejar que tu fe sea más fuerte que tu razón, que hagas una locura de fe y no tengas miedo aunque la razón te diga que estás loco. Ora un poco y escucha a Cristo que te habla dentro de ti. Y después haz lo que te pide Él.

VIVE DE CRISTO

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¡Feliz día!

miércoles, 21 de marzo de 2018

Reto

Martes 21 de marzo

Los cinco minutos del Espíritu Santo

_Espíritu Santo, toma mis manos, que buscan poseer, dominar, que se cierran egoístas, que se aferran a ídolos_. _Tómalas Espíritu, y conviértelas en caricia, servicio, sanación_. _Extendidas en ofrenda, abiertas para dar, elevadas para adorar, como las manos de Cristo_.
_Espíritu, toma mis piernas, a veces paralizadas, otras veces en camino hacia el mal, trepando hacia el poder y la gloria vana, o dando vueltas y vueltas, incapaces de avanzar_. _Conviértelas en valentía, en marcha decidida, en camino hacia el otro, en búsqueda, como las piernas de Cristo_.
_Espíritu, toma mi corazón, que se deja engañar y atrapar por tantos afectos torcidos, que se asfixia entre tantos deseos que lo dejan vacío y ansioso, que se endurece para que no le quiten nada, que se llena de criterios mundanos, que se vuelve negativo, duro, calculador_. _Tómalo Espíritu Santo, y conviértelo en ternura, en compasión, en libertad_. _Házlo hambriento de Cristo, sediento de Su amor, y capaz de amar como Él al más pequeño, al más simple, al más pobre_.

martes, 20 de marzo de 2018

Reto

Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.                              

LLUVIAS

Esta semana ha llovido sin parar; por las fotos que nos mandaron el otro día, ¡hasta el río de Lerma se está desbordando! Hemos pedido tanto la lluvia, que nos ha venido toda junta. Han sido tantos días, que hay algo que me ha llamado la atención, y es que el clima repercutía en nosotras.

No era raro ver a monjas que, cuando te cruzabas con ellas, decían:

-Uy, estos días tengo la espalda...
-La rodilla me está dando una lata...
-Qué dolor de cabeza estos días...

Y, como respuesta, siempre había alguien que decía:
-Tranquila, es por la lluvia.

Y es que el clima influye mucho, tanto física como emocionalmente. ¡Hay quien puede hasta predecir un cambio de tiempo!

En nuestro interior hay también un tipo de clima que causa estragos, y es la falta de gozo y paz. Muchas veces dejamos que entren los nubarrones que nos quitan el gozo y la paz, y, con ellos, los síntomas de la tormenta: nos inquietamos, sale todo al revés...

Seguro que tienes que tomar muchas decisiones a lo largo del día, o quizá una importante para tu vida. ¿Cómo decidir? ¿Cuál será el termómetro que nos asegurará saber cuál es la voluntad del Señor? El gozo y la paz. Esas son las huellas del Espíritu.

Jesús siempre que tenía que decidir algo, paraba y oraba; con ello nos mostró que el siguiente paso a dar se nos va a mostrar en la oración.

Hoy el reto del amor es tomar esa decisión que tienes, pero primero ora y busca la respuesta que te deje gozo y paz en tu interior, aunque no coincida con lo que tú esperabas. ¡Adelante!

VIVE DE CRISTO

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¡Feliz día!

lunes, 19 de marzo de 2018

Reto

Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.                              

VELOCIDAD DE ADAPTACIÓN

Ayer, de camino a Vísperas, caí en la cuenta: “¡Mañana es san José! Seguro que no hay reto. ¡Oh, Señor, qué ilusión me haría que me regalases uno sobre este santo...!”

Empecé a repasar mentalmente el himno de san José, las imágenes que me gustan de él, alguna anécdota de los santos... pero, nada, el Señor no me marcaba el camino.

Al entrar en la capilla desistí, queriendo dejar a parte mis pensamientos para centrarme en las Vísperas. Pero, al cruzar la puerta...

“¡¡Ay, los tazones!!”

Yo me encargo de poner la mesa. Esa tarde había puesto los platos de domingo, y había dejado puestos en las mesas los tazones para el desayuno... ¡pero había puesto los tazones malos, los de diario!

“¡¡Pero si mañana es solemnidad!! Pobre san José... si se descuida, de solemnidad le bajo a simple conmemoración...”

Y, cuando estaba cambiando la vajilla, ¡sentí al Señor! Pues, ¡así es como se pasó la vida san José!

Él ya tenía toda su vida preparada y organizada, como yo el comedor. Sus planes eran bellos: casarse con María, construir un buen hogar... Y, a un paso de realizarlo, ¡zas!, el Señor le modifica los planes: ser padre del Mesías, irse a Belén, ahora huye a Egipto (que en burro está lejísimos), ahora vuelve a Nazaret...

Muchas cosas tuvo que cambiar en su mente y en su corazón. Pero, eso sí, ¡fue a mejor! ¡A tazones no de diario, sino de solemnidad! Ser padre, nada menos, que del Hijo de Dios, ¡ser el primer maestro del Maestro! Y él siempre con su corazón humilde, silencioso, sin querer llamar la atención, dispuesto a lo que Dios le pidiera.

¡Cuántas veces les ha tocado hacer lo mismo a nuestros padres! Cuántos desvelos, cambios de planes, cuántos trabajos ocultos y sacrificios escondidos tras una sonrisa, cuánto cansancio disimulado y cuántas enseñanzas pacientes en nuestros primeros pasos...

¡Muy importantes han de ser los papás, pues hasta Dios quiso tener uno!

Hoy el reto del amor es pedirle al Señor ver al “san José” que ha puesto en tu vida. Te invito a que hoy, en tu oración, des gracias a Cristo por tu padre. Pídele poder descubrir hoy tantas cosas buenas que tiene, especialmente las que no has sido capaz de ver hasta ahora. Da gracias, ora por él, y hazle el mejor regalo: un gran y sincero te quiero. ¡Te quiero, papá, feliz día!

VIVE DE CRISTO

Pd: Y, por supuesto, felicidades a todos los José, Pepe, a las Mª José, Pepa... a los seminaristas... ¡feliz día a todos!

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¡Feliz día!