ASOCIACIÓN Y COFRADÍA DEL ROSARIO SANTO DOMINGO EL REAL

Espacio dedicado a promover la devoción a la Virgen mediante la divulgación del rezo del Rosario, como medio de contemplar y meditar los misterios de la vida de Nuestro Señor Jesucristo y asemejarnos a Él.


Web principal:

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Página de Recursos para rezar:

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sábado, 14 de abril de 2018

Reto

Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.                              

ÉL ESTÁ DETRÁS

No hay persona que no se asombre ante el arcoíris; es algo espectacular que a todos nos hace mirar hacia arriba.

Ayer mismo cayó otra tromba de agua. Pero al poco se separaron los nubarrones, dejando hueco para unos rayos del sol bajo de la tarde. Todo el cielo se iluminó y apareció el precioso anillo de colores.

Al instante caí en la cuenta de que el arcoíris siempre aparece en medio de la tormenta; por ello, el Señor me regaló verlo como un recordatorio de que siempre podemos confiar.

Sí, sí, porque, para que suceda este fenómeno de la naturaleza, es necesario que esté lloviendo, y que un rayo del sol atraviese las gotas de lluvia, provocando así esos destellos de colores.

De igual modo, en medio de nuestras tormentas, cuando la desconfianza asoma con esos nubarrones de pensamientos que nos nublan y que nos impiden ver el Sol, siempre tenemos la certeza de que podemos confiar: el Sol está detrás, y en cualquier momento nos regala el arcoíris. Basta con una pequeña apertura, basta con solo un rayo de sol, y el anillo lucirá en nuestro cielo.

Así es el Señor; nunca nos deja solos, no hay un instante de nuestra vida que no esté bajo su cuidado. Él, todo lo que nos sucede, lo aprovecha para nuestro bien. Cuando llega el momento de la confianza... ¡podemos confiar!

Y es que no hay tortura más grande que la desconfianza. Es un callejón que se va estrechando más y más, y al final te deja sin salida. Sin embargo, cuando vivimos con confianza, somos felices, nos volvemos sencillos. Y lo genial es que no nos pide una confianza ciega: en medio de grises nubarrones, nos regala el arcoíris.

Hoy el reto del amor es descansar en la confianza. No dejes que nada ni nadie nuble tu mente y tu corazón: vive de Cristo, confía en Él. En Él está la seguridad para confiar en los demás.

VIVE DE CRISTO

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¡Feliz día!

viernes, 13 de abril de 2018

Reto

Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.                              

¿CREES EN LA BONDAD DE DIOS?

Ayer tuve una conversación telefónica que me impresionó mucho. Estaba escuchando problemas; aquel hombre no paraba de hablar y llorar, pero, en un momento dado, le interrumpí y le dije:

-¿Tú crees en la bondad de Dios?

Se quedó callado, parecía que no había manera de seguir la conversación. Entonces le comenté que me daba la sensación de que no creía en la bondad de Dios, que no se creía que Dios busca para él lo mejor, que le ama, que nos ha dado a Jesus para mostrarnos su amor y su bondad, que está pendiente de nosotros continuamente y que quiere que seamos felices.

Seguimos hablando un poco pero, escuchándole, no pude evitar hacerle otra pregunta:

-¿Por qué echas la culpa a Dios de todo lo malo que te pasa, por qué juzgas a Dios por cómo está tu vida?

De nuevo se creó un silencio, así que decidí continuar.

-“Enfadarte con Dios quizás sea un camino fácil para tu frustración... el Señor no se defenderá si le juzgas, pero en realidad, te está invitando a que des “un golpe de audacia” en tu vida: que confíes en Él aunque las circunstancias no te den motivos, ¡esperar en Él incluso cuando no ves esperanza!

“Te aseguro que el Señor quiere demostrarte que te ama, quiere curar esa herida que te sangra... Pero tú te centras en tu sufrimiento, y así ese sufrimiento te está impidiendo ver la bondad de Dios. Al no mirar más allá de tu dolor, te incapacitas para ver a Dios en tu vida.

“Él está cuidándote a cada paso, quiere sanar esa herida para que tu corazón vuelva a amar. Y para ello te regala a Jesús, su Hijo Amado, para que, por medio de Él, tengas vida.”

El hombre se quedó mudo. Sólo pude invitarle a orar un rato: que fuese a sentarse con Jesús y le abriera el corazón.

Cuando colgué, yo también me fui al Oratorio a estar un rato con Cristo. Mirando al Sagrario, le pedía que mostrara su bondad a esta persona, y a tantas como tienen heridas en el corazón que les impiden acercarse a Dios, creer en su bondad.

Hoy el reto del amor es hacerte esta pregunta: ¿crees en la bondad de Dios? Busca una iglesia y ábrele tu corazón a Jesús. Él quiere mostrarte la bondad de su Padre.

VIVE DE CRISTO

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¡Feliz día!

Reto

Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.                              

LILIPUTIENSES

Estaba comiendo tan tranquila, con la cabeza hacia abajo, cuando, de repente, oigo una voz que dice:

-¿Quieres zumo?

Levanté la cabeza... ¡Madre mía! No te imaginas el brick de zumo que llevaba en l as manos la monja que me lo ofreció. ¡Era gigante! No abarcaba ni con los brazos a cogerlo, nunca he visto nada igual. La imagen me pareció divertidísima, pues parecía que la monja que lo ofrecía se había vuelto “liliputiense” ante tanta desproporción.

También nosotros, muchas veces tendemos a llevar un brick gigante creyendo que nos van a valorar o aceptar más, e intentamos llenar nuestros brazos de méritos o hazañas logradas. Vamos para aquí, para allá, hacemos, deshacemos... todo a velocidades de vértigo. Ocupadas las manos con semejante brick, no las podemos utilizar más que para sujetarlo y evitar que se caigan nuestras seguridades.

Pero tu valor no está en tus obras, en todo lo que puedes llegar a hacer para agradar a los demás. No es la actividad o tus méritos lo que te configura. Te configura el Amor. Te configura esa capacidad que tienes de poner tu brick a un lado para pasar del “hacer” al “ser”. Así también podrás dejar que el otro sea, que el otro llegue a aquello de lo que tú le sientes capaz.

Cristo necesita que tengas las manos vacías, que sueltes todo aquello por lo que crees que te haces mejor. Las quiere libres para que sea Él el que las utilice, para que puedan disfrutar de tender una mano, de enseñar, de dejar paso a otros... y así descubrir que no tienes que lucir nada, que ya no tienes que poner tu valor en un cartón con zumo, sino que tu valor está en que tú seas el recipiente que acoge el zumo, ¡tú eres el brick! Y es Cristo el que te llena con Su Gracia, con Su amor, para que puedas tener las manos libres y así poder repartir el zumo de las mil maneras que se te presentan a cada momento.

Hoy el reto del amor es que tengas las manos vacías, que sueltes tus seguridades. Y, ya que tienes tus manos vacías, úsalas para ayudar a alguien a cruzar la calle, a llevar unas bolsas... Seguro que Cristo te pone la situación que necesitas para usar tus manos.

VIVE DE CRISTO

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¡Feliz día!

jueves, 12 de abril de 2018

Reto

Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.                              

¿CREES EN LA BONDAD DE DIOS?

Ayer tuve una conversación telefónica que me impresionó mucho. Estaba escuchando problemas; aquel hombre no paraba de hablar y llorar, pero, en un momento dado, le interrumpí y le dije:

-¿Tú crees en la bondad de Dios?

Se quedó callado, parecía que no había manera de seguir la conversación. Entonces le comenté que me daba la sensación de que no creía en la bondad de Dios, que no se creía que Dios busca para él lo mejor, que le ama, que nos ha dado a Jesus para mostrarnos su amor y su bondad, que está pendiente de nosotros continuamente y que quiere que seamos felices.

Seguimos hablando un poco pero, escuchándole, no pude evitar hacerle otra pregunta:

-¿Por qué echas la culpa a Dios de todo lo malo que te pasa, por qué juzgas a Dios por cómo está tu vida?

De nuevo se creó un silencio, así que decidí continuar.

-“Enfadarte con Dios quizás sea un camino fácil para tu frustración... el Señor no se defenderá si le juzgas, pero en realidad, te está invitando a que des “un golpe de audacia” en tu vida: que confíes en Él aunque las circunstancias no te den motivos, ¡esperar en Él incluso cuando no ves esperanza!

“Te aseguro que el Señor quiere demostrarte que te ama, quiere curar esa herida que te sangra... Pero tú te centras en tu sufrimiento, y así ese sufrimiento te está impidiendo ver la bondad de Dios. Al no mirar más allá de tu dolor, te incapacitas para ver a Dios en tu vida.

“Él está cuidándote a cada paso, quiere sanar esa herida para que tu corazón vuelva a amar. Y para ello te regala a Jesús, su Hijo Amado, para que, por medio de Él, tengas vida.”

El hombre se quedó mudo. Sólo pude invitarle a orar un rato: que fuese a sentarse con Jesús y le abriera el corazón.

Cuando colgué, yo también me fui al Oratorio a estar un rato con Cristo. Mirando al Sagrario, le pedía que mostrara su bondad a esta persona, y a tantas como tienen heridas en el corazón que les impiden acercarse a Dios, creer en su bondad.

Hoy el reto del amor es hacerte esta pregunta: ¿crees en la bondad de Dios? Busca una iglesia y ábrele tu corazón a Jesús. Él quiere mostrarte la bondad de su Padre.

VIVE DE CRISTO

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¡Feliz día!

miércoles, 11 de abril de 2018

Reto

Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.                             
DA EL SALTO A LA VIDA

¡Menuda tromba de agua cayó ayer! Estuvo todo el día lloviendo, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos.

A la tarde, justo antes de ir a Vísperas, bajamos Joane y yo a la puerta del Noviciado que da a la huerta.

Mientras ella se entretenía dentro con algo, yo me asomé mirando de un lado a otro. Me encantaba el paisaje, todo verde, la hierba alta, un olor intenso a lluvia... pero por mi mente cruzaban otros pensamientos: “Uf, no voy a salir, porque, con lo mojado que está todo, me voy a poner...”, “Además, luego toda la casa se llena de barro...”

Y de repente, sin apenas verla pasar por mi lado, salió Joane con Jubi disparada hacia la huerta.

¡Qué bueno! Ella es que ni se lo pensó; ni le importó que lloviera, ni veía el barro de los zapatos, tan solo salió.

Me impactó mucho, dado el diálogo interno que había en mí. Me di cuenta de que, si me quedaba en la sala, me lo iba a perder. Quedarme suponía aislarme en la “zona de confort” en lugar de salir a disfrutar; suponía ser “mayor” en lugar de volverme niña...

Así que di un paso adelante, y luego otro... y me fui con ellas a pasear bajo la lluvia y sobre el césped.

Era verdad, volvimos con los pies empapados y las zapatillas llenas de barro, pero, ¡qué gozada! Después fue tan sencillo como subir con las deportivas en la mano y, como justo tocaban para Vísperas, nos cambiamos la ropa, ¡y listo!

Qué impactante, porque cuántas cosas dejamos de hacer cuando nos hacemos “mayores”. Pasamos todo por la razón antes de ejecutarlo, medimos nuestras fuerzas, calculamos... pero la conclusión que sacamos muchas veces supone eso, quedarnos en la zona de confort.

Cada día me doy más cuenta de que, para vivir y ser feliz, para amar, no puedo hacerlo desde esa postura, porque el amor siempre requiere más de lo que puedo dar desde mi comodidad. Además, ese círculo, esa zona de confort, incluye un engaño, y es que nunca te hace feliz. La felicidad te espera fuera.

Jesús nunca tuvo zona de confort, no paraba (y ahora no para) y, como no tenía mucho tiempo, aprovechaba muchas noches, mientras los discípulos dormían, para orar al Padre. Pero tampoco dejaba quietos a los de su alrededor; no les prometió una vida cómoda, pero sí una Vida con mayúsculas. Y esta invitación nos la hace hoy también a nosotros.

Hoy el reto del amor es que, cuando te veas pensándotelo dos veces, des el salto. Quizá puedas mancharte con los barros de la vida, pero merece la pena correr el riesgo. ¡Apuesta por el Amor!

VIVE DE CRISTO

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¡Feliz día!

Reto

Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.                              

IMPUNTUALIDAD REDIMIDA

En la oración de la mañana, ya a punto de acabarla, me puse a organizar un poco el plan del día con el Señor. Me di cuenta de que, si me organizaba bien, podría sacar un ratito extra de oración por la tarde.

-Quedamos a las seis -le susurré sonriente a modo de despedida.

Pero después me fui enredando con las tareas del día... y me despisté. A las 6:30 llegaba a la puerta de la capilla a toda velocidad.

“¡¡Que ya llegoooo!!”, iba gritando por dentro.

Me senté cerca del Sagrario.

“Ay, Señor”, le dije, “menos mal que tú siempre esperas...”

Pero de pronto un pensamiento terrible cruzó por mi mente. “¿Le habrá molestado mi retraso? No he cumplido mi palabra... ¿Estará triste, molesto...?”

Aquellas preguntas me quitaron la paz. Rápidamente miré al Sagrario.

“Bueno”, le dije, “san Juan escribió que ‘Dios es amor’... y una persona enamorada no se entristecería por el retraso de quien ama; ¡saltaría contenta fijándose en su llegada!”

Sin embargo, aquello no era más que una suposición mía... Volví a mirar al Sagrario. Entonces un pensamiento, mucho más fuerte que todos los anteriores, me iluminó por dentro como un rayo:

“El amor es paciente...” (1 Co 13, 4)

Y, si Cristo es amor... ¡Cristo es paciente!

Eso no eran meras conjeturas: ¡es la Palabra de Dios! ¡Ese rato de oración se convirtió en una maravillosa acción de gracias!

Qué delicado y cuidadoso es el Señor con nosotros. Quiere que podamos conocerle y busca mil modos de estar a nuestro lado: en la Eucaristía, en los hermanos... Pero sabe que el ser humano es “el ser en relación”, ¡la comunicación forma parte de nosotros! Verdaderamente Jesús nos habla al corazón, pero también nos ha dejado un medio seguro para hablar con Él, para escucharle, para conocerle: su Palabra.

San Agustín dice que la Biblia es algo así como otra “encarnación”: igual que Dios se hizo hombre, la Palabra eterna se hizo palabra escrita. ¡Tienes una carta del Señor para ti en su Palabra!

Hoy el reto del amor es leer un fragmento de la Biblia, ¡busca lo que Cristo quiere decirte, lo que quiere que conozcas de Él! Puede ser el evangelio o un pasaje que te guste. El texto que a mí me tocó el corazón fue 1 Co 13, 4-8. Te invito a leerlo despacio. Y, si quieres asombrarte del todo... donde dice “amor” (o “caridad”) prueba a leer “Jesucristo”. ¡Te sorprenderá!

VIVE DE CRISTO

Pd: Si no tienes una Biblia a mano, puedes leer el pasaje de san Pablo aquí (yo leí del versículo 4 al 8):

https://www.bibliacatolica.com.br/es/la-biblia-de-jerusalen/i-corintios/13/

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¡Feliz día!

martes, 10 de abril de 2018

Reto

Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.                             
DA EL SALTO A LA VIDA

¡Menuda tromba de agua cayó ayer! Estuvo todo el día lloviendo, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos.

A la tarde, justo antes de ir a Vísperas, bajamos Joane y yo a la puerta del Noviciado que da a la huerta.

Mientras ella se entretenía dentro con algo, yo me asomé mirando de un lado a otro. Me encantaba el paisaje, todo verde, la hierba alta, un olor intenso a lluvia... pero por mi mente cruzaban otros pensamientos: “Uf, no voy a salir, porque, con lo mojado que está todo, me voy a poner...”, “Además, luego toda la casa se llena de barro...”

Y de repente, sin apenas verla pasar por mi lado, salió Joane con Jubi disparada hacia la huerta.

¡Qué bueno! Ella es que ni se lo pensó; ni le importó que lloviera, ni veía el barro de los zapatos, tan solo salió.

Me impactó mucho, dado el diálogo interno que había en mí. Me di cuenta de que, si me quedaba en la sala, me lo iba a perder. Quedarme suponía aislarme en la “zona de confort” en lugar de salir a disfrutar; suponía ser “mayor” en lugar de volverme niña...

Así que di un paso adelante, y luego otro... y me fui con ellas a pasear bajo la lluvia y sobre el césped.

Era verdad, volvimos con los pies empapados y las zapatillas llenas de barro, pero, ¡qué gozada! Después fue tan sencillo como subir con las deportivas en la mano y, como justo tocaban para Vísperas, nos cambiamos la ropa, ¡y listo!

Qué impactante, porque cuántas cosas dejamos de hacer cuando nos hacemos “mayores”. Pasamos todo por la razón antes de ejecutarlo, medimos nuestras fuerzas, calculamos... pero la conclusión que sacamos muchas veces supone eso, quedarnos en la zona de confort.

Cada día me doy más cuenta de que, para vivir y ser feliz, para amar, no puedo hacerlo desde esa postura, porque el amor siempre requiere más de lo que puedo dar desde mi comodidad. Además, ese círculo, esa zona de confort, incluye un engaño, y es que nunca te hace feliz. La felicidad te espera fuera.

Jesús nunca tuvo zona de confort, no paraba (y ahora no para) y, como no tenía mucho tiempo, aprovechaba muchas noches, mientras los discípulos dormían, para orar al Padre. Pero tampoco dejaba quietos a los de su alrededor; no les prometió una vida cómoda, pero sí una Vida con mayúsculas. Y esta invitación nos la hace hoy también a nosotros.

Hoy el reto del amor es que, cuando te veas pensándotelo dos veces, des el salto. Quizá puedas mancharte con los barros de la vida, pero merece la pena correr el riesgo. ¡Apuesta por el Amor!

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¡Feliz día!

lunes, 9 de abril de 2018

Reto

Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.                              

LOCALIZANDO PARA AGRADECER

El sábado recibí una vista inesperada: tres personas que han pasado por mi vida de una forma especial coincidían en el locutorio. Estaba impresionada, pues era inimaginable que se pudiese dar. Se encontraba delante de mí la persona que me llevó al Señor, que me dio la mano en mis primeros pasos en la fe y que siempre ha permanecido; una profesora que en su momento me dedicó tiempo y atención con mis estudios y con todo lo demás, dejando una huella profunda en mí (¡hacía unos 12 años que no la veía!) y, por último, otra que me acompañó a lo largo de un tramo del camino.

Las tres iban juntas de excursión por la zona por otro motivo, y en el coche cayeron en la cuenta de que las tres me conocían, por lo que decidieron venir a verme.

Y ahí las tenía. Las miraba asombrada. Hubo un momento en que les compartí lo impresionada que estaba de la “coincidencia” y sentí que no podía dejar de darles las gracias por todo.

La gratitud es mostrarle a la otra persona que realmente valoramos y apreciamos lo que ha hecho por nosotros o lo que nos ha dado.

Hay muchas formas de reconocer al Señor, su gracia y su compañía en nuestra vida. Y a menudo son rostros humanos; no son circunstancias que a lo mejor uno ha planeado, son personas. El Señor nos acompaña, nos ayuda y nos da su gracia mediante personas que pone cerca de nosotros, en las que podemos reconocer Su bondad para con nosotros.

Si miras hacia atrás en tu historia, seguro que te viene a la cabeza una persona que, de forma especial, ha permanecido y te ha tendido una mano en un momento dado: un profesor, un amigo, vecinos, sacerdotes... personas cuya presencia ha sido decisiva en un momento dado, pero que hace tiempo que no sabes de ellos.

Hoy el reto del amor es que localices a esa persona en la que estás pensando y le des las gracias. Llama, busca, pregunta y ¡localízala! Dale las gracias, pero un "Gracias" de verdad, y descubrirás que agradecer es tan gratificante como recibir. Quizá sea una aventura, pero... ¡merece la pena!

VIVE DE CRISTO

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¡Feliz día!

domingo, 8 de abril de 2018

Reto

Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.                              

LUCES Y SOMBRAS

6:15 am. Oscuridad total en el convento. Recién duchada, salgo del baño. La puerta da a un larguísimo pasillo, que gira al final. Junto al baño, a mano izquierda, un enorme portón que lleva a los claustros. A la derecha, dos escaleras; una sube al dormitorio, la otra baja a los sótanos. Y, pasando las escaleras, el interruptor de la luz.

¿Qué significa eso? Que, cada mañana, dejo la luz del baño encendida, avanzo cinco pasos, doy la luz de la escalera, retrocedo a apagar la luz del baño y vuelvo para subir al dormitorio. Todos los días. Un baile.

A esas horas mi imaginación me juega malas pasadas. Yo intento razonarme que no hay nadie, que no pasa nada por dar cinco pasos a oscuras...

El otro día me sentí preparada. “Rambo a mi lado es Heidi”, me dije, y me lancé hacia el pasillo... pero volví a dejar la luz del baño encendida. “Bueno, mejor mañana...”

Y, cuando llegaba a dar la luz de la escalera... un movimiento. Del pasillo, justo enfrente de mí, emergió una sombra.

-¡Buenos días! -me saludó amablemente la hermana.

Casi tienen que despegarme del techo con una cucharita. Tal fue el bote que di.

Cuando superé la taquicardia, pude razonar lo sucedido. Esta hermana había ido a poner en marcha la lavadora. Al volver, la luz del baño le alumbraba el pasillo, por lo que veía perfectamente. Pero yo, que salía de la luz a la oscuridad, ¡no la vi hasta que la tuve encima!

¡Y así es el Señor! Él es “la luz del mundo”. Lo curioso es que Él mismo nos indicó: “sígueme”. Y, efectivamente, la hermana (que tenía la luz delante) veía perfectamente... ¡mi problema fue que dejé la luz a mi espalda!

Muchas veces nos gustaría avanzar más rápido, pero el Señor marca sus ritmos, ¡y no hay cosa peor que adelantarle! Si dejas que Él vaya por delante, podrás ver, en los demás, hermanos dignos de saludo y respeto. Pero, si te dejas a Cristo por detrás, sólo encontrarás... ¡sombras y pesadillas!

Hoy el reto del amor es dejar que Cristo vaya por delante. ¡Deja que su Luz ilumine tu camino! Te invito a que hoy, ante una conversación (con un amigo, con tu hijo...) te des unos minutos para orar. Pídele al Señor que ponga las palabras adecuadas en tu boca, ¡y que te ilumine para ver hermanos, un regalos que Él te ha puesto en el camino! ¡Feliz domingo sin monstruos ni pesadillas!

VIVE DE CRISTO

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¡Feliz día!