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Para realizar los nueve días 
 1.Señal de la cruz
 
 En el 
nombre de Padre, del hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
 
 2.Para 
arrepentirse de los pecados.
 
 Ten piedad de mí, Señor, por tu 
bondad,
 Por tu gran compasión, borra mis faltas !
 Crea en mí, 
Dios mío, un corazón puro,
 Y renueva la firmeza de mi 
espíritu.
 No me arrojes lejos de tu presencia,
 Ni retires de mí 
tu Santo Espíritu.
 
 Nuestra Señora de la Dulce Espera,
 Ruega por nosotros 
y por nuestros hijos
 
 
 3.Seguir la reflexión propia de 
cada día.
 
 
 Día Primero
 El Señor nos regala la vida
 
 
 El ángel entró 
en su casa y la saludó, diciendo: "Alégrate! Llena de 
gracia, el Señor está contigo". Al oír estas palabras ella 
quedó desconcertada y se preguntaba que podía significar ese saludo. 
Pero el Angel le dijo: "No temas María porque Dios 
te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo 
y le pondrás por nombre Jesús"... Dijo María: "He aquí 
la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra"(Lc 
1, 28-31 y 38)
 
 
 Reflexión
 
 María pronunció estas palabras por medio de 
la fe. Y así, a través de María, la Vida 
vino a nosotros . Ella, plenamente mujer, se confió a 
Dios sin reservas, se mostró completamente dispuesta a la acción 
del Espíritu Santo y en esta respuesta se entregó a 
cooperar con la Gracia de Dios
 
 Oración
 
 Al comenzar este primer día 
de la novena, te expresamos Madre, nuestro amor. Venimos con 
confianza a pedirte por nuestras necesidades, haz que te imitemos 
en tu Sí a Dios.
 Comprende nuestro pedido, atiéndelo.
 
 A cada intención 
respondemos :
 
 Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor  
Por todos los padres y madres que esperan un hijo.
 Por la intención con que rezamos esta novena: Ave 
María
 
 
 
 Día segundo
 El Señor nos invita a ponernos 
al servicio de la vida
 
 En aquellos días María partió y 
fue sin demora a un pueblo de la montaña de 
Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a 
Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño 
saltó de alegría en su seno, e Isabel llena del 
Espíritu Santo, exclamó : "Tú eres bendita entre todas las 
mujeres y bendito es el fruto de tu vientre"! Feliz 
de ti por haber creído que se cumplirá todo lo 
que te fue anunciado de parte del Señor. (Lc. 1, 
39-45)
 
 Reflexión
 
 Las palabras de Isabel "Feliz de ti por haber creído" 
se aplican no sólo a aquel momento concreto de la 
anunciación, sino a toda la vida de María. En su 
peregrinar hacia Dios, María recorrió un camino de fe a 
lo largo de toda su vida. Y lo hizo de 
modo heroico. En su "obediencia de fe" ella se abandonó 
a Dios y "esperando contra toda esperanza, creyó" cada día, 
en medio de todas las pruebas y contrariedades.
 
 Oración
 
 María, madre de 
Jesús y madre nuestra, intercede ante tu Hijo y enséñanos 
a amar y servir a los demás. Que siguiendo tu 
ejemplo de disponibilidad, sepamos aceptar la vida como el don 
gratuito que Dios nos ha dado; y que podamos proteger, 
nutrir, y acoger a aquel niño que recibamos como hijo. 
Que podamos recorrer con fe y esperanza los caminos que 
nos llevan a cumplir la voluntad del Padre.
 
 A cada 
intención respondemos:
 
 Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor 
 Por los que desean recibir la gracia de un 
hijo.
 Por la intencion con que rezamos esta novena.
 
 Rezamos
 
 Bendita seas María, Virgen y Madre,
 El Señor te llenó de 
gracia y alegría
 En la dulce Espera de Jesús.
 Te rogamos por 
los esposos
 Que desean el Don de un hijo,
 Ayúdalos en esta 
esperanza
 A apoyarse mutuamente en el camino de la vida.
 
 
 
 Día Tercero
 Dios hace maravillas con nuestra vida
 
 
 María dijo entonces:
 Mi alma canta la grandeza del Señor,
 Y mi espíritu se 
estremece de gozo en Dios, mi salvador,
 Porque El miró con 
bondad la pequeñez de su servidora.
 En adelante todas las generaciones 
me llamarán feliz,
 Porque el todopoderoso ha hecho en mí grandes 
cosas :
 Su nombre es Santo!! (Lc 1, 46-50)
 
 Reflexión
 
 Cuando Isabel saludó 
a la joven pariente que llegaba de Nazaret, María respondió 
con el Magnificat. Es la alabanza de todo su ser 
hacia Dios, expresada de forma poética, pero sencilla. Sus palabras 
están inspiradas en muchos textos sagrados del pueblo de Israel 
y reflejan el gozo de su espíritu, la felicidad que 
le provoca ser consciente de que en ella se realiza 
la promesa hecha "en favor de Abraham y su descendencia 
por siempre".
 
 Oración
 
 María, madre de Jesús, enséñanos a rezar con fe, 
con apertura de corazón y sencillez. No sólo por nuestras 
necesidades sino también por las de todos aquellos que sufren 
y necesitan de nosotros y de nuestra palabra de esperanza. 
Que de nuestra boca, como de la tuya, broten palabras 
de alabanza hacia el Creador y Dador de vida.
 Dios 
Padre Nuestro, rico en amor y misericordia, que este tiempo 
de espera se transforme en una oportunidad de crecer en 
nuestra fe y nuestra entrega a los demás. Que podamos 
encontrar momentos de alegría y felicidad y los compartamos con 
quienes nos rodean.
 
 A cada intención respondemos:
 
 Por María, nuestra madre, 
te lo pedimos Señor  Por todos los bebés que 
crecen y se preparan para nacer
 Por la intención con 
que rezamos esta novena.
 
 Padre Nuestro...
 
 
 
 Día Cuarto
 "...Y 
llegó el momento de ser madre"
 
 
 Mientras se encontraban en Belén 
le llegó el tiempo de ser madre; y María dio 
a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales 
y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar 
para ellos en el albergue. Lc 2, 6 - 7
 
 Reflexión
 
 María 
da su consentimiento a la elección de Dios, para ser 
la madre de su Hijo por obra del Espíritu Santo 
Y toda su existencia está marcada por la certeza de 
que Dios está a su lado y la acompaña con 
su providencia benévola.
 Nuestra Señora de la Dulce Espera, ayúdanos a 
ser sencillos y pobres de corazón para alimentarnos de tu 
amor y crecer en fe y esperanza. Sabiendo que todo 
lo debemos esperar de tu Hijo, nuestro Salvador.
 Ayúdanos que a 
semejanza tuya vivamos con la certeza, de que Dios está 
a nuestro lado y nos acompaña con su divina providencia.
 
 A 
cada intención respondemos : Por María, nuestra madre, te lo 
pedimos Señor  Por el momento del parto y del 
nacimiento.
 Por las intenciones particulares con que rezamos esta novena.
 
 
 Oración a la Virgen de la Dulce Espera
 
 Virgen 
María, Madre de Dios,
 que cobijaste en tu seno al Salvador,
 te 
pedimos que nos protejas en este momento,
 en que confiadamente esperamos 
un hijo, para que podamos aceptarlo con amor;
 educarlo de modo 
que "crezca en sabiduría,
 estatura y gracia" ante los ojos 
de Dios;
 y conducirlo con nuestro ejemplo a la casa del 
Padre.
 Amen.
 
 
 
 Día Quinto
 Nuestro hijo, plan de amor de Dios 
Padre
 
 
 Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a las fiestas según 
la costumbre, y cuando estas terminaron se volvieron; pero el 
niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran 
sus padres.Al tercer día lo encontraron, en el Templo sentado 
en medio de los maestros, escuchándoles y haciéndoles preguntas : 
todos los que oían quedaban desconcertados de su talento y 
de las respuestas que daba. Al verlo quedaron extrañados, y 
le dijo su madre : Hijo ¿Por qué te has 
portado así con nosotros? Mira con que angustia te buscábamos 
tu padre y yo!! El les contestó: - ¿Por qué 
me buscaban ? ¿No sabían que yo debo ocuparme de 
los asuntos de mi Padre? Ellos no entendieron lo que 
les decía. El regresó con sus padres a Nazaret y 
vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en 
su corazón. Lc 2, 41 y 46 - 50
 
 Reflexión
 
 Durante los 
años de su vida oculta en Nazaret, Jesús "vivía sujeto 
a ellos" (Lc. 2,51): sujeto a María pero también sujeto 
a José, porque este hacía las veces de padre ante 
los hombres; de ahí que el hijo de María era 
considerado también por la gente como "el hijo del carpintero" 
(Mt. 13,55).
 Cuando el evangelista nos dice que "Ellos (José y 
María) no entendieron lo que les decía" pone de relieve 
que aún su madre vivía en la intimidad con el 
misterio de Jesús, hijo de Dios, sólo por medio de 
la fe. "Feliz la que ha creído".
 
 Oración
 
 Jesús, concédenos comprender, con 
la ayuda de tu gracia, aquellas cosas y situaciones que 
se nos van presentando en la vida.
 María, madre de 
los vivientes, que acogiste la Vida en nombre de todos 
y para el bien de todos, guíanos en el camino, 
protege a nuestros hijos y familias. Enséñanos a estar en 
las cosas del Padre.
 
 A cada intención respondemos
 Por María, nuestra madre, 
te lo pedimos Señor  Por nuestros hijos.
 Por nuestras 
familias.
 Por las intenciones particulares con que rezamos esta novena.
 
 Padre nuestro
 
 
 
 Día sexto
 María, nuestra madre, está atenta 
a nuestras necesidades
 
 Tres días después se celebraron unas bodas en 
Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. 
Y Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y, como 
faltaba vino, la madre de Jesús le dijo : "No 
tienen vino". Jesús le respondió : Mujer ¿Qué tenemos que 
ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía. Pero su 
madre dijo a los sirvientes : "Hagan lo que El 
les diga." (Jn 2, 1-5)
 
 Reflexión
 
 María manifiesta una maternidad nueva, según 
el espíritu, cuando va al encuentro de las necesidades del 
hombre. En Caná de Galilea se muestra solo un aspecto 
concreto de la indigencia humana, aparentemente pequeño y de poca 
importancia ("no tienen vino"). Pero esto tiene un valor simbólico. 
María se pone entre su Hijo y los hombres en 
la realidad de sus privaciones, indigencias y sufrimientos. En su 
papel de madre, se pone "en medio", se hace mediadora. 
Ella intercede por los hombres y se pone como portavoz 
de la voluntad de su Hijo: "Hagan lo que él 
les diga".
 
 Oración
 
 María, madre del amor hermoso, intercede para que Jesús 
atienda nuestras necesidades. Enséñanos a hacer todo lo que Él 
nos dice y a pedir en la oración el conocimiento 
que todavía nos falta para tener el gusto profundo de 
las cosas de Dios. Que sepamos ver las necesidades de 
los que nos rodean y podamos brindarnos generosamente, ayudando a 
quienes, en este momento fundamental, de sus vidas se encuentran 
solas y desamparadas.
 
 A cada intención respondemos:
 
 Por María, nuestra madre, te 
lo pedimos Señor  Por las madres que están solas.
 Por los padres que no tienen trabajo.
 Por la intención 
particular con que rezamos esta Novena.
 
 Ave María
 
 
 
 Día Séptimo
 Tu hijo también tiene una misión
 
 Todavía estaba hablando a 
la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban 
afuera trataban de hablar con Él. Alguien le dijo : 
"Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren 
hablarte" Jesús les respondió "¿Quién es mi madre y quienes 
son mis hermanos? Y señalando con la mano a sus 
discípulos agregó "Estos son mi madre y mis hermanos, porque 
todo el que hace la voluntad de mi Padre que 
está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana 
y mi madre". (Mt 12, 46-50)
 
 Reflexión
 
 María es la primera entre 
"aquellos que escuchan la palabra de Dios y la cumplen" 
Y por eso, aquella bendición pronunciada por Jesús se refiere 
en primer lugar a ella. María se convierte, en cierto 
sentido, en la primera "discípula" de su Hijo y por 
medio de su fe descubre otro sentido de su maternidad: 
una nueva maternidad según el espíritu y no únicamente según 
la carne.
 
 Oración
 
 Madre nuestra, Señora de la Dulce Espera, nos enseñas 
que más importante que el vínculo carnal es la relación 
que nace y se forma por cumplir con lo que 
Dios nos pide. El amor se construye día a día, 
así queremos servir al Señor y aceptar su voluntad. Que 
podamos testimoniar el significado del amor auténtico diciendo cada día 
que sí. Acuérdate de las familias que han abierto su 
corazón a la adopción, ayúdalos en la alegría de su 
generosidad a que puedan gustar los hermosos nombres de padre 
y madre. Que teniéndote a vos como modelo incomparable de 
acogida y cuidado de la vida puedan dar gracias cada 
día, por esa vida que se les entrega.
 
 A cada intención 
respondemos
 
 Por María, nuestra madre, te lo pedimos Señor  Por 
los que desean adoptar
 Por la intención particular con que 
rezamos esta Novena.
 
 Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
 
 
 
 Día Octavo: Amar a Dios por sobre todas las 
cosas
 
 Cuando Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz 
en medio de la multitud y dijo : "Feliz el 
seno que te llevó y los pechos que te amamantaron" 
Jesús le respondió : "Felices más bien los que escuchan 
la palabra de Dios y la ponen en práctica." (Lc 
11, 27-28)
 
 Reflexión
 
 Esta frase constituía una alabanza para María como madre 
de Jesús según la carne. A través de aquellas palabras 
ha pasado rápidamente por la mente de la muchedumbre, al 
menos por un instante, el evangelio de la infancia de 
Jesús. Es el evangelio en que María está presente como 
la madre que concibe a Jesús en su seno, lo 
da a luz y lo amamanta maternalmente: la madre-nodriza a 
la que se refiere aquella mujer del pueblo. Gracias a 
esta maternidad, Jesús es un verdadero hijo del hombre. Jesús 
con su respuesta quiere quitar la atención de la maternidad 
entendida sólo como vínculo de carne, para orientarla hacia aquel 
misterioso vínculo del espíritu, que se forma en la escucha 
y la observancia de la palabra de Dios.
 
 Oración
 
 María, muchachita de 
Nazaret, vos que viviste las dimensiones de lo humano y 
de lo femenino de manera perfecta, intercede por nosotros, para 
que seamos atentos escuchas de la Palabra de Dios. Aleja 
de nosotros todo lo que nos impida practicar lo que 
Jesús nos enseñó. Pon en nuestra boca, tus palabras, tus 
intenciones y todo lo que pueda abrir nuestro corazón al 
bien y al amor.
 
 A cada intención respondemos:
 
 Por María, nuestra 
madre, te lo pedimos Señor  Por que las mujeres 
puedan amamantar a sus hijos, dándoles su leche y amor.
 Por que todos los padres puedan ayudar a crecer a 
los hijos.
 Por la intencion con que rezamos esta novena.
 
 Rezamos:
 
 Oh, María, aurora del mundo nuevo
 a Ti confiamos 
la causa de la vida
 Haz que quienes creen en tu 
Hijo
 sepan anunciar con firmeza y amor
 a los hombres de nuestro 
tiempo
 el Evangelio de la Vida.
 Alcánzales la gracia de acogerlo
 como don 
siempre nuevo
 La alegría de celebrarlo con gratitud
 durante toda su existencia
 y 
la valentía de testimoniarlo
 con confianza.
 
 
 
 Día Noveno
 Jesús nos da 
a María como madre
 
 
 Al ver a la Madre y cerca 
de ella al discípulo a quien Él amaba, Jesús le 
dijo : "Mujer, aquí tienes a tu hijo". Luego dijo 
al discípulo: "Aquí tienes a tu madre". (Jn 19, 25-27)
 
 Reflexión
 
 La 
maternidad de María, que se convierte en herencia del hombre, 
es un don: un don que Cristo mismo hace personalmente 
a cada hombre. A los pies de la cruz comienza 
aquella especial entrega del hombre a la madre de Cristo. 
La entrega es la respuesta al amor de una persona 
y, en concreto, al amor de la madre. Por eso, 
a través de los siglos, de entre los diversos pueblos 
y naciones de la tierra, el hombre se dirige a 
María, con veneración y confianza, como quien se dirige a 
su madre, y busca en su fe el sostén para 
la propia fe.
 
 Oración
 
 María Santísima, Madre de Jesús y Madre nuestra, 
sabemos que nos acompañas en el camino de la vida 
intercediendo por nosotros y por nuestras necesidades, danos un corazón 
fuerte y generoso. Gracias porque cada uno de nosotros somos 
participes de la vida de Dios.
 Te pedimos que nos 
enseñes a respetar, proteger y defender la vida, especialmente la 
más débil e inocente.
 Inspira y protege especialmente a aquellos hombres 
y mujeres que condicionados por el medio y las circunstancias 
que los rodean, no llegan a ver que la vida 
es siempre un bien. Que ellos sepan que "Ninguna cosa 
es imposible para Dios" (Lc. 1,30 37) y se entreguen 
con confianza a su providencia benévola.
 Bendícenos y guíanos en este 
camino para poder florecer en virtud y santidad. Confiamos en 
tu intercesión y esperamos con fe que Jesús nos conceda 
lo que pedimos.
 
 A cada intención respondemos:
 
 Por María, nuestra madre, 
te lo pedimos Señor  Por los bebés no deseados, 
sus madres y padres.
 Por los niños abandonados.
 Por los 
que sufren.
 Por las intenciones particulares con que rezamos esta 
Novena.
 
 Oración a la Virgen de la Dulce Espera
 
 Virgen María, Madre de Dios, que cobijaste en tu seno 
al Salvador,
 te pedimos que nos protejas en este momento,
 en que 
confiadamente esperamos un hijo, para que podamos aceptarlo con amor;
 educarlo 
de modo que "crezca en sabiduría, estatura y gracia" ante 
los ojos de Dios;
 y conducirlo con nuestro ejemplo
 a la casa 
del Padre.
 Amén.
 
  
 
  
 
(Fuente: catholic.net) |