En unión con las almas del Purgatorio
Rezar por ellas es un ida y vuelta, nosotros pedimos por ellas mientras que interceden por nosotros.
(Autor: Oscar Schmidt | Fuente: www.reinadelcielo.org)
¡Cuantos misterios esconde la Voluntad de Dios!. Y muchos de ellos sólo se nos revelarán cuando ya sea tarde para corregir nuestro rumbo, y no nos quede otra opción más que someternos a la Justicia de Dios. ¡Si pudiéramos hablar con las almas purgantes, cuantos consejos nos darían!. Ellas nos enseñarían que la diferencia más grande entre el infierno y el Purgatorio radica en que mientras en el fuego eterno las almas blasfeman y rechazan a Dios (llevando al infinito el rechazo y odio que tuvieron en vida), en el Purgatorio las almas buscan y desean a Dios. Y es ese el mayor castigo: no tener a Dios. Pero también es el mayor consuelo el saber que lo tendrán, luego de purificarse y ser almas dignas de estar en el Reino, en Su Presencia por toda la eternidad.
Ellas nos dirían que no desperdiciemos la gracia de poder hacer que el sufrimiento sirva para evitar la purificación por la que ellas pasan, ya que mientras en vida las buenas obras, el amor y el dolor suman y preparan el alma, en el Purgatorio solo queda sufrir y esperar el momento de subir al Cielo. ¡Que desperdicio el nuestro!. Ellas nos ven malgastar nuestro día en banalidades que luego deberemos pagar, sometidos a la Justicia Perfecta de Dios. Y que nos dirían nuestros ángeles custodios, viendo que vamos camino al sufrimiento, como niños que irresponsablemente juegan al borde del precipicio, inconscientes del peligro que los acecha. Las almas purgantes y los ángeles son testigos de nuestros errores, y con enorme amor ruegan a Dios para que cambiemos nuestro rumbo y busquemos a Jesús, que lo deseemos con un corazón que reconoce que sólo Dios cuenta.
Imaginen que inútil aparece para estas almas todo nuestro superficial mundo, nuestras preocupaciones, mientras tenemos tiempo y la oportunidad de mostrarle a Dios que podemos entrar a Su Reino por el camino del Amor Perfecto, esto es, por medio de la fe, la esperanza y la caridad.
En el Purgatorio se ama, se ama sin limites, y se arrepiente el alma de tanta ceguera vivida en la vida terrenal. Ellas esperan el consuelo de María y de San Miguel, de los ángeles que acuden en su apoyo, recordándoles que después del sufrimiento tendrán la gloria de llegar al gozo infinito. Allí se pide oración: cuando ellos reciben el amor de los que aun estamos aquí hecho alabanza a Dios, no sólo se consuelan sino que acortan su sufrimiento. Y lo devuelven cuando llegan al Cielo, intercediendo por quienes los supieron ayudar a disminuir sus sufrimientos.
¿Quieres hacer un buen negocio, el mejor de todos?. Une tu alma a las de las almas purgantes, ora por ellas, siente que estás unido a su dolor y las consuelas, mientras ellas adquieren la luminosidad que les permita subir a la Gloria. Verás entonces que los dolores de aquí adquieren un significado distinto, son un trampolín para el crecimiento del alma, te hacen sentirte unido a Dios, trabajando para El. Pocas obras son tan agradables a Jesús y María como la oración de quienes se unen espiritualmente a las almas purgantes. Es un ida y vuelta, un fluir de alabanzas que sube y baja, y que ayuda tanto a unos como a otros.
Un día se escuchó, durante la segunda guerra mundial, una multitud aplaudiendo y aclamando en la iglesia de Santa María de la Gracia, en San Giovanni Rotondo. Pero a nadie se vio allí, por lo que los pocos que estaban presentes preguntaron a San Pío de Pietrelcina que había ocurrido. El les dijo: “he estado rezando durante muchos días por los soldados que mueren en el campo de batalla, y una multitud de ellos ha venido a agradecerme porque han salido del Purgatorio y han entrado al Cielo”. La oración de Pío, poderoso intercesor ante Dios, les había acortado el sufrimiento.
Oremos por las almas purgantes, porque serán ellas las que intercederán por nosotros cuando tengamos que purificar nuestra alma. Y serán entonces ellas las que nos darán la bienvenida al Cielo, cuando Dios en Su Infinita Misericordia nos conceda esa Gracia.
¡Trabajemos por ello, tenemos nuestra vida para lograrlo, ese es el sentido de nuestra presencia aquí!.
Os proponemos algunas fórmulas para rezar por las almas del purgatorio:
ORACIÓN ENSEÑADA POR JESÚS A SANTA GERTRUDES PARA LIBERAR MIL ALMA DEL PURGATORIO
"Oh Padre
Eterno, os ofrezco la más preciosa Sangre de vuestro Divino Hijo, Jesús, unido a
las Misas celebradas hoy alrededor del mundo, por todas las santas almas del
Purgatorio. Amén".
(Fuente: www.santisimavirgen.com.ar)
ORACION POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO
Oración propia de la Novena
Padre
misericordioso, en unión con la Iglesia Triunfante en el cielo, te
suplico tengas piedad de las almas del Purgatorio. Recuerda tu eterno
amor por ellas y muéstrales los infinitos méritos de tu amado Hijo.
Dígnate librarles de penas y dolores para que pronto gocen de paz y
felicidad. Dios, Padre celestial, te doy gracias por el don de
perseverancia que has concedido a las almas de los fieles difuntos.
Amable
Salvador, Jesucristo. Eres el Rey de reyes en el país de la dicha. Te
pido que por tu misericordia oigas mi oración y liberes las almas del
Purgatorio, en particular, N... LLévalas de la prisión de las tinieblas a
la luz y libertad de los hijos de Dios en el Reino de tu gloria. Amable
Salvador, te doy gracias por haber redimido las pobres almas con tu
preciosísima Sangre, salvándolas de la muerte eterna.
Dios
Espíritu Santo, enciende en mí el fuego de tu divino amor. Aviva mi fe y
confianza, acepta benignamente las oraciones que te ofrezco por las
almas que sufren en el Purgatorio. Quiero aplicar los méritos de esta
devoción en favor de toda la Iglesia Sufriente y en especial por mis
difuntos padres, hermanos, hermanas, bienhechores, parientes y amigos.
Atiende mi plegaria para que podamos reunirnos en el Reino de tu gloria.
Dios
Espíritu Santo, te doy gracias por todos los beneficios con que has
santificado, fortalecido y aliviado a estas benditas almas y en especial
por consolarlas en los actuales sufrimientos con la certeza de la
felicidad eterna. Que pronto se unan contigo y oigan aquellas benditas
palabras que las llaman al hogar del Cielo: "¡Vengan, los Bendecidos por
mi Padre! Tomen posesión del Reino que ha sido preparado para ustedes
desde el principio del mundo" (Mt 25, 34).
POR LOS PADRES DIFUNTOS
¡Oh
Dios! Nos mandaste honrar padre y madre. Por tu misericordia, ten
piedad de mi padre (madre) y no recuerdes sus pecados. Que yo pueda
verlo (la) de nuevo en el gozo de eterno fulgor. Te lo pido por Cristo
nuestro Señor. Amén.
LA FAMILIA
¡Oh
Buen Jesús! El dolor y sufrimiento de los demás conmovía siempre tu
corazón. Mira con piedad las almas de mis queridos familiares del
Purgatorio. Oye mi clamor de compasión por ellos y haz que aquellos a
quienes separaste de nuestros hogares y corazones disfruten pronto del
descanso eterno en el hogar de tu amor en el cielo.
ORACIÓN
¡Oh Dios! Nuestro Creador y Redentor, con tu poder Cristo conquistó la muerte y volvió
a
Ti glorioso. Que todos tus hijos que nos han precedido en la fe
(especialmente N...) Participen de su victoria y disfruten para siempre
de la visión de tu gloria donde Cristo vive y reina contigo y el
Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Dales, Señor, el descanso eterno. Brille para ellos la luz perpetua. Descansen en paz. Amén.
María, Madre de Dios, y Madre de misericordia, ruega por nosotros y por todos los que han muerto en el regazo del Señor. Amén(Fuente: www.corazones.org)
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