ASOCIACIÓN Y COFRADÍA DEL ROSARIO SANTO DOMINGO EL REAL

Espacio dedicado a promover la devoción a la Virgen mediante la divulgación del rezo del Rosario, como medio de contemplar y meditar los misterios de la vida de Nuestro Señor Jesucristo y asemejarnos a Él.


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martes, 16 de noviembre de 2010

Con el rosario diario, a Jesús en María

Por Leandro Coccioli




No podemos aspirar a unirnos más perfectamente a Dios que por María, porque es la más grande santa, y por tanto, en cuanto mediación, no hay camino más perfecto, más santo, más agradable a Dios. No hay mayor dignidad en una creatura que la de María: es la Madre de Dios. El autor de la gracia ha venido a nosotros por medio de María: Jesucristo no quiso sino venir a nosotros a través de Ella. Así, como el autor de la gracia nos vino por Ella, la gracia también nos viene por la Virgen. Por eso el rosario diario, la vía que escoge María para que nos relacionemos con Ella, que nos unamos a Ella, es la oración más perfecta y la más importante de todas las devociones después del Santísimo Sacramento.


¿Qué mejor que unir las dos más grandes devociones, la de Jesús Sacramentado y la del Santísimo Rosario? Rezando el rosario en adoración eucarística frente al Tabernáculo o al Santísimo expuesto; en preparación para la Santa Misa; en acción de gracias después de la Sagrada Comunión. La hermana Lucía, pastorcita vidente de la Virgen en Fátima, dijo: «María fue el primer tabernáculo donde el Padre mostró al Hijo. Los pastores y los Magos adoraron a Jesús en brazos de María. Yo no sé si se puedan encontrar palabras más sublimes y apropiadas para rezar enfrente del Santísimo Sacramento». Y el Papa Juan Pablo II en la carta apostólica Mane nobiscum Domine (n.18), nos exhorta: «La adoración eucarística fuera de la Misa debe ser durante este año un objetivo especial para las comunidades religiosas y parroquiales. Postrémonos largo rato ante Jesús presente en la Eucaristía, reparando con nuestra fe y nuestro amor los descuidos, los olvidos e incluso los ultrajes que nuestro Salvador padece en tantas partes del mundo. Profundicemos nuestra contemplación personal y comunitaria en la adoración, con la ayuda de reflexiones y plegarias centradas siempre en la Palabra de Dios y en la experiencia de tantos místicos antiguos y recientes. El Rosario mismo, considerado en su sentido profundo, bíblico y cristocéntrico, que he recomendado en la Carta apostólica Rosarium Virginis Mariae, puede ser una ayuda adecuada para la contemplación eucarística, hecha según la escuela de María y en su compañía.»

A lo largo de estas catequesis estamos aprendiendo que a Jesús se llega por María con el rosario cotidiano, y en realidad, algo más profundo y misterioso: a Jesús se llega en María. Porque Jesús ha venido a nosotros en María. Abandonémonos en los brazos de la Virgen rezándole el rosario diariamente, y alcanzaremos la más elevada vida mística y santidad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

[Juan 14:6-9] Jesús le dijo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.

Realmente a Dios le gustan los intermediarios?

Ignacio dijo...

Solo por medio de Jesucristo, UNICO CAMINO, VERDAD Y VIDA, se puede obtener la gracia, llegar a la santidad y alcanzar la gloria del cielo.
Pero Él mismo ha querido contar con la participación del hombre para hacerse uno de nosotros, al tomar carne mortal por medio de la Virgen María.
Es por ello que Le complace que también para implorar su gracia y misericordia recurramos a aquellas almas que han buscado de todo corazón su voluntad, y el caso más insigne y sobresaliente es el de su propia madre, la Santísima Virgen.
Jesús es el "rio" que fluye, la Virgen y los santos son los "aguadores".