ASOCIACIÓN Y COFRADÍA DEL ROSARIO SANTO DOMINGO EL REAL

Espacio dedicado a promover la devoción a la Virgen mediante la divulgación del rezo del Rosario, como medio de contemplar y meditar los misterios de la vida de Nuestro Señor Jesucristo y asemejarnos a Él.


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martes, 28 de junio de 2016

Cofradia del Rosario

Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.             
  
EL VUELO DE UNA MOSCA

¡Fiiiiuuuuu! ¡Fiiiiuuuuu!

Parece increíble que el simple vuelo de una mosca nos resulte tan molesto. Vuelo para un lado, vuelo para el otro... y ese sonido tan incómodo te hace perder la concentración, interrumpiendo lo que estuvieras haciendo por la pesadez de este insecto.

Ya no te cuento si en lugar de una mosca se trata de un mosquito. Las moscas, al fin y al cabo, sólo suenan y, como mucho, hacen cosquillas; pero el mosquito... el mosquito sabes que, si convives más de 10 minutos con él, te acaba picando cuando menos te lo esperas.

El otro día me vi en estas situaciones, y me daba cuenta de que muchas veces así es nuestra cabeza: pensamiento para arriba, pensamiento para un lado o para el otro...

Muchas de las cosas que nos ocurren nos hacen sufrir mucho más por las vueltas que le damos a nuestra cabeza. Cuando una situación nos supera, estos pensamientos se apoderan de nuestro tiempo, impidiendo la concentración y el poner todo nuestro ser a la tarea que tenemos por delante. O cuando miramos con ojos de juicio, las situaciones te acaban picando como el mosquito, y acabas huyendo para intentarlo evitar.

Pero realmente la pregunta es: ¿Y de qué sirve? No se arregla nada por darle vueltas; más bien sólo conseguimos entrar en una espiral tan pesada y mareante como el vuelo de los bichos.

Estoy segura de que muchas veces Jesús pensaba, sí, claro, pero, sobre todo, oraba. Su cabeza y su corazón eran un constante diálogo con el Padre. Todo lo que le acontecía, todo lo que vivía, era pasado en su corazón por este diálogo. Ahí encontraba su misión, en su oración recobraba las fuerzas y la Paz, y se sabía sostenido por el Amor del Padre.

Humanamente, es natural, es nuestro resorte. Pero es cierto que hay un momento en el que se puede cortar, parando con Jesús, sentándote a orar o repitiendo su Nombre: Jesús, Jesús...

Se trata de cambiar nuestras vueltas por un diálogo con Él. Sólo en Él encontramos la Paz para poder mirar de frente los problemas. Sólo Él puede dar sentido a cada acontecimiento de tu vida.

Y es que, como dice nuestro refranero, "A olla que hierve, ninguna mosca se atreve"; es decir, no importa qué te surja: si tu corazón se vuelve a Jesús y se enciende en Él, será como esta olla hirviendo, ¡las moscas huirán a toda velocidad!

Hoy el reto del Amor es frenar la cabeza con la oración. Cuéntale a Él lo que te ocurre, lo que te inquieta, y deja que se ocupe. Tú descansa, confía.

VIVE DE CRISTO

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